Ángeles Briñón: «Cuando los deseos de los hombres se convierten en derechos»

La opinión de Ángeles Briñón, sobre los vientres de alquiler. Especialista en igualdad de oportunidades, planes de igualdad. Formadora en temas de genero, habilidades de comunicacion, trabajo en equipo y liderazgo.

«A pesar de los muchos avances en igualdad de derechos entre mujeres y hombres, no podemos olvidar que vivimos en una sociedad patriarcal y, como consecuencia, los derechos de los hombres siguen siendo prioritarios, de forma más o menos explícita. Un ejemplo es lagestación subrogada, maternidad subrogada o vientres de alquiler, los términos con los que se denomina el hecho de que una mujer se quede embaraza por encargo de otra persona o personas, renunciando a sus derechos como madre, generalmente a cambio de dinero.

Estos días se ha celebrado en Madrid una feria de gestación subrogada, lo que ha provocado que se escriban muchos artículos sobre el tema, bien sea defendiendo o cuestionando esta práctica que está en el debate político y social. El hecho de que se hable de “feria” hace pensar que es un mercado de compra y venta, en este caso el producto es el cuerpo de las mujeres.

Lo que me ha llamado la atención estos días es leer artículos de hombres defendiendo la regulación de la gestación subrogada comparándola con la donación de órganos o con el derecho al aborto. Es un grave error confundir derechos con deseos, el hecho de que un hombre que no puede embarazarse desee tener descendencia, no es motivo suficiente para defender la regulación de esta práctica como si de un derecho se tratara y pretender justificarlo comparándolo con la donación de órganos o con el derecho de las mujeres a abortar, no tiene fundamento, son cuestiones distintas y sólo supone mezclar temas para enredar el debate.

Es un grave error confundir derechos con deseos.

La Plataforma “No somos Vasijas” señala que “El deseo de ser padres-madres y el ejercicio de la libertad no implica ningún derecho a tener hijos” y rechaza la regulación de los vientres de alquiler por considerar que el cuerpo de las mujeres no puede ser objeto de alquiler o compra.

Se apunta a menudo que algunas mujeres prestan su cuerpo de manera altruista para que otras personas o parejas que no pueden tener descendencia no se vean privadas del derecho a la maternidad o la paternidad. Sin negar que puedan existir caso asilados de mujeres que accedan a prestar su cuerpo, no debemos olvidar que la gestación subrogada es un negocio que mueve mucho dinero y que juega con la salud de las mujeres. Decía Alicia Mayares, en un artículo de Yolanda Martos, que “Desde el punto de vista ético, no se puede tomar el cuerpo de las mujeres como máquinas que fabrican hijos a gusto de los que pagan. Tras la compra-venta hay una gran mentira y una trampa que hace imposible aceptar esta práctica, porque se les niega a las mujeres su derecho a decidir si se quedan finalmente con el bebé”.

Hay que recordar que los mayores consumidores de esta práctica, es decir, quienes de forma mayoritaria alquilan vientres para tener descendencia propia, son hombres con alto poder adquisitivo. Quienes pueden viajan a Estados Unidos o Gran Bretaña donde existe regulación y pagan 100.000€ y quienes disponen de menos recursos van a “Nepal, a India, o a otros países donde los derechos de las mujeres con frecuencia son pisoteados y donde existen auténticas “granjas” en las que decenas de gestantes son explotadas económicamente como meras ‘incubadoras’ de los hijos de otros”.

Quienes defienden la regulación parecen considerar que ser madre es tan bello que las mujeres pueden desear serlo sólo para complacer el deseo de otras personas de forma altruista, porque claro, defender que se pague un precio por ello supone aceptar que se comercializa con el cuerpo de las mujeres. Yo les preguntaría qué piensan de la discriminación que sufren las mujeres por ser madres, ¿trabajarán para que se elimine?

¿Por qué cuando se trata del cuerpo de las mujeres los hombres se consideran con derecho a decidir?, ¿Por qué se considera justificado que una mujer pueda alquilar su cuerpo para satisfacer el deseo de otras personas?, quienes así piensan ¿creen de verdad que las mujeres se van a someterse a técnicas de fecundación, con los problemas que ello puede acarrear y después entregar a su hija o hijo o otra persona o personas?

Lo que me preocupa es que cuando se trata de regular sobre el cuerpo de las mujeres, se buscan justificaciones de todo tipo para lograrlo y no lo olvidemos, los hombres tienen el poder político y económico».

Fuente: Tribuna Feminista