MANIFIESTO

LAS MUJERES NO SE PUEDEN ALQUILAR O COMPRAR DE MANERA TOTAL O PARCIAL

Las personas que suscriben este manifiesto muestran su preocupación ante los variados pronunciamientos a favor de la regulación de la maternidad subrogada, o la práctica de alquilar vientres de mujeres en favor de terceros. Para que los partidos políticos y los gobiernos, nacional y autonómicos, estén alerta y no se dejen engañar por campañas mediáticas, a todas luces parciales, deben tener presente que el deseo de paternidad/maternidad, nunca puede sustituir o violar los derechos que asisten a las mujeres y los y las menores.  El deseo de ser padres-madres y el ejercicio de la libertad no implica ningún derecho a tener hijos. Por ello mostramos nuestro absoluto rechazo a la utilización de los vientres de las mujeres con fines de gestación para otros/as que se fundamenta en las siguientes razones:

  • Porque abogamos por el derecho a decidir de las mujeres en materia de derechos sexuales y reproductivos. La maternidad por sustitución niega a las mujeres gestantes el derecho a decidir durante el proceso de embarazo y en la posterior toma de decisiones relativas a la crianza, cuidado y educación del menor o la menor.
  • Porque elegir es preferir entre una serie de opciones vitales.  La elección va acompañada, a su vez, de la capacidad de alterar, modificar o variar el objeto de nuestras preferencias. La maternidad subrogada no solo impide a las mujeres la capacidad de elección, sino que además contempla medidas punitivas si se alteran las condiciones del contrato.
  • Porque la llamada «maternidad subrogada» se inscribe en el tipo de prácticas que implican el control sexual de las mujeres: Así en las sociedades tradicionales, los matrimonios concertados o la compra por dote, son las tí­picas formas en que se ejerce el control sexual de las mujeres, en las sociedades modernas, la prohibición del aborto, la regulación de la prostitución y la maternidad subrogada son sus más contundentes expresiones.
  • Porque alquilar el vientre de una mujer no se puede catalogar  como «técnica de reproducción humana asistida». Las mujeres no son máquinas reproductoras que fabrican hijos en interés de los criadores. Es, por el contrario, un evidente ejemplo de «violencia obstétrica»extrema.
  • Porque el «altruismo y generosidad» de unas pocas, no evita  la mercantilización, el tráfico y las granjas de mujeres comprándose embarazos a la carta. La recurrencia argumentativa al altruismo y generosidad de las mujeres gestantes, para validar la regularización de los vientres de alquiler, refuerza la arraigada definición de las mujeres, propia de las creencias religiosas, como «seres para otros» cuyo horizonte vital es el «servicio», dándose a los otros. Lo cierto es que la supuesta «generosidad», «altruismo»y»consentimiento» de unas pocas solo sirve de parapeto argumentativo para esconder el tráfico de úteros y la compra de bebés estandarizados según precio.
  • Porque cuando la maternidad subrogada»altruista» se legaliza se incrementa también la comercial. Ningún tipo de regulación puede garantizar que no habrá dinero o sobornos implicados en el proceso. Ninguna legalización puede controlar la presión ejercida sobre la mujer gestante y la distinta relación de poder entre compradores y mujeres alquiladas.
  • Porque no aceptamos la lógica neoliberal que quiere introducir en el mercado a «los vientres de alquiler», ya que se sirve de la desigualdad estructural de las mujeres para convertir esta práctica en nicho de negocio que expone a las mujeres al tráfico reproductivo.
  • Porque las mujeres no se pueden alquilar o comprar de manera total o parcial.  La llamada «maternidad subrogada» tampoco se puede inscribir, como algunos pretenden, en el marco de una «economía y consumo colaborativo»: la pretendida «relación colaborativa» esconde el «consumo patriarcal» por el cual  las mujeres se pueden alquilar o comprar de manera total o parcial.
  • Porque nos mostramos radicalmente en contra de la utilización de eufemismos, para dulcificar o idealizar un negocio de compra-venta de bebés mediante alquiler temporal del vientre de una mujer, viva en la dorada California o hacinada en un barrio de la India. Así­ es que nos afirmamos en llamar a las cosas por su nombre, no se puede ni se debe describir como «gestación subrogada» un hecho social que cosifica el cuerpo de las mujeres y mercantiliza el deseo de ser padres-madres.
  • Porque la perspectiva de los Derechos Humanos, supone rechazar la idea de que las mujeres sean usadas como «contenedoras»  y sus capacidades reproductivas sean compradas. El derecho a la integridad del cuerpo no puede quedar sujeto a ningún tipo de contrato.

Así pues, nos declaramos en contra de cualquier tipo de regulación en torno a la utilización de mujeres como «vientres de alquiler».

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5 comments on “MANIFIESTO

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